Los periodistas de Cañete, integrantes de la Federación de Periodistas del Perú, Asociación de Periodistas del Perú, Circulo de Periodistas Deportivos del Perú, periodistas no afiliados y otras personalidades que suscriben el presente, emiten el siguiente PRONUNCIAMIENTO en torno al infausto suceso en la que falleciera el joven periodista cañetano William Lume Dolores, arrollado el día domingo 11 de setiembre por una unidad móvil cuando se trasladaba en su motocicleta por la carretera a Quilmaná:
PRIMERO.- A tenor de las evidencias fotográficas y fílmicas el conductor responsable de este acto se encontraba en evidente estado de ebriedad, lo que agrava su situación: es decir, no ha sido un accidente más de los miles que ocurren en nuestras carreteras. El hecho de beber licor y luego conducir transforma al chofer en un asesino en potencia. Y esto es lo que ha ocurrido, un crimen sin nombre, ni justificación.
SEGUNDO.- Por lo expuesto, condenamos enérgicamente esta trágica negligencia criminal y por lo tanto exigimos a las autoridades que administran justicia aplicar la máxima sanción que prevé la ley, evitando cualquier atisbo de complicidad, desidia o falsa piedad.
TERCERO.- Instamos a las autoridades locales, regionales, policiales y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones aprobar medidas más severas y contundentes y un monitoreo más cercano del tránsito vehicular para evitar que esta ola criminal continúe impunemente, manchando nuestras pistas con sangre de seres humanos, destruyendo porvenires y dejando en el dolor y orfandad a la familia.
PRIMERO.- A tenor de las evidencias fotográficas y fílmicas el conductor responsable de este acto se encontraba en evidente estado de ebriedad, lo que agrava su situación: es decir, no ha sido un accidente más de los miles que ocurren en nuestras carreteras. El hecho de beber licor y luego conducir transforma al chofer en un asesino en potencia. Y esto es lo que ha ocurrido, un crimen sin nombre, ni justificación.
SEGUNDO.- Por lo expuesto, condenamos enérgicamente esta trágica negligencia criminal y por lo tanto exigimos a las autoridades que administran justicia aplicar la máxima sanción que prevé la ley, evitando cualquier atisbo de complicidad, desidia o falsa piedad.
TERCERO.- Instamos a las autoridades locales, regionales, policiales y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones aprobar medidas más severas y contundentes y un monitoreo más cercano del tránsito vehicular para evitar que esta ola criminal continúe impunemente, manchando nuestras pistas con sangre de seres humanos, destruyendo porvenires y dejando en el dolor y orfandad a la familia.
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